miércoles, 8 de febrero de 2012

Deidad: el Emperador

Hace unos días os hablaba de una de mis cosas sobre hombres santos para Guerrero, Pícaro y Mago, e insinué que a lo mejor en el futuro pondría algún ejemplo más de cómo se aplica esta mecánica. Por supuesto ya tenía esto pensado desde el principio, pero soy un calientabraguetas.

Como puede que haya dos o tres entradas más sobre deidades y su aplicación a GPyM, diremos que esta es la primera. ¿Y qué mejor forma de comenzar que haciendo tributo a la ambientación del juego original? En el básico se describe el imperio caído de Vaneria, donde aún pervive una religión conocida como la Fe Imperial. El manual dice que cada uno se invente en qué consiste esa religión, así que ahí va lo mío.

All glory to the Emperor!

El Emperador no es una persona, es un Dios, algo que trasciende a los simples mortales e inunda todo el Imperio, siempre vigilándolo. Él hace trae el buen tiempo, hace crecer las cosechas y engordar al ganado, mantiene la ley y el orden, castiga a los réprobos y se asegura de que todo vaya bien en general.

Si existen emperadores es porque el Emperador decide tomar un cuerpo mortal momentáneo para gobernar sus dominios desde una perspectiva más llana, mirándolos de frente y no desde arriba. Claro que el emperador debe ganarse este honor honrando al Emperador y respetando sus designios. De no hacerlo, el emperador podría incurrir en la Ira del Cielo y el Emperador traería el caos a la tierra para castigarlo hasta que se reconduzca o aparezca alguien más digno de sentarse en el trono.

Es deber del emperador honrar al Emperador en todos los lugares del Imperio de forma adecuada, lo que normalmente supondría que estuviese en varios sitios al mismo tiempo. Por esta razón se creó el clero de la Fe: al principio un cuerpo especializado de funcionarios encargados de practicar los ritos adecuados en todos los lugares del Imperio mientras aplastaban otras creencias locales... Pero con el paso de los siglos fueron acumulando poder y convirtiéndose en una organización autónoma, cosas de política.

Y, aunque ya no exista el Imperio como estado o unidad política, el Emperador sigue velando por todos sus súbditos, esperando el momento oportuno para regresar...

A veces el Emperador se presenta a hombres santos (el mismo emperador podría ser considerado uno de ellos) que han demostrado o demostrarán que pueden prestar un gran servicio a Vaneria y los usa como sus herramientas en el restablecimiento del orden... o en el castigo de los malvados.

Hombre santo (el Emperador): este talento otorga un +2 a todas las acciones de combate que vayan dirigidas expresamente a mantener, crear o restablecer el Orden del Imperio sin fines ulteriores o cumpliendo órdenes que hayan sido dadas por altos rangos del Imperio o de la Fe Imperial o en el cumplimiento de encomiendas del mismo Emperador. No obstante se puede perder el favor del Emperador contraviniendo de forma activa o pasiva los dogmas de la Fe Imperial o el Sumo Orden, trayendo el caos al Imperio.

Creo que esta no me ha quedado muy inspirada, pero prometo resarciros en futuras entregas.

Podéis encontrar las reglas de hombres santos AQUÍ.

Gracias por leerme. Valmar Cerenor!

2 comentarios:

Una limosna para la cruzada:

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